sábado, 18 de marzo de 2017

BUENO O MALO: ¡PESAOS!

No  soporto   esos  moralistas   que  ponen el termómetro  de  la  ética  en lo "bueno"  y  lo   "malo". 

Una  de  las  grandes  debilidades  de ciertas  pedagogías  que se dicen cristianas  es haber  sacrificado la estética, de  la que  poco  se  habla, a esa moral que pone  casi exclusivamente  el acento en si una  acción está  bien o está mal.

¡Hombre, puede estar bien, y ser fea! Hay  canciones religiosas,o ciertas liturgias  horteras  que  son peor  que una blasfemia. Y  lo son, por feas, coño.

Escrivá  decía " hijos míos, si alguna vez  hacéis  una gorda, al menos  que tenga  gracia". No está mal tirada. Supongo que al corazón de  Dios  se puede  llegar de  muchas maneras, y una tiene  que ser el sentido  del humor. Y no  con eso de un código de  normas  y sanciones  de "bien o mal".¡Coñazos de tíos!, ¡pesaos!

La gente  que  he  conocido de  virtud probada  y de  altura, tenían una concepción estética  de  la  moral. El bien es  para ellos  un objeto de contemplación   : es una  acción  que se puede  contemplar. Y el mal  lo evitan , no por si  deben  confesarse , o  por evitar  un castigo , sino  porque su fealdad les resulta  intolerable. 

Para  esta  gente  el bien les resulta  tan atractivo  como una  buena  pintura, un buen poema, una  buena  canción. Y la obra  mal  hecha les  parece  un garabato chapucero, un poema  cursi, o un chirrido de melodía. 

Y  también  se puede  predicar de una acción si es ordenada  o desordenada, alegre  o triste o, ¡atención  hipócritas!, sincera o  falsa.

En fin una  moral que nos  permita comprender al que nos parece gilipollas que  querrá decir también descubrir en qué nos parecemos a él.



4 comentarios:

  1. Ayer vi Spotlight. Estremecedor.
    Esto que dices lo he discutido yo muchas veces, me da mucha rabia que con el tema de la pederastia todavía haya católicos que crean que todo debe solucionarse en la sombra para "evitar el escándalo", o que recelen de los medios que sacan a la luz este tipo de historias acusándolos de "malintencionados", es algo que me hace hervir la sangre. Dios no puede estar enfrentado con la verdad. La verdad siempre es buena, y decirla siempre es una forma segura de no equivocarse.
    Hasta que no entendamos que a estos tipos no hay que trasladarlos ni encubrirlos sino entregarlos sin miramientos a las autoridades civiles, no acabaremos con el problema.
    Como dices tú, Dios no sólo es Bien. También es Belleza y es Verdad.

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  2. "Spotlight", salvo alguna escena conmovedora, a mí me decepcionó, porque no es una película sobre el problema de la pederastia, sino sobre el periodismo de investigación, y de hecho ése es su título: "Spotlight", que es el nombre del equipo de periodistas. La película es una reconstrucción de la investigación periodística, pero no es un drama. Habría sido un drama si se hubiera centrado en unas víctimas a las que unos abusos sufridos durante la infancia les cambiaron la vida entera. Por otro lado, la película documenta muy bien el sistema de protección y ocultamiento que la jerarquía eclesiástica pone al servicio de los sacerdotes pedófilos para protegerles a ellos y para protegerse a sí misma, pero hay un tema muy importante que no se toca: ¿por qué en la jerarquía eclesiástica la pederastia está tan extendida? ¿Qué funciona tan mal en la estructura sacerdotal como para que hombres corrientes como cualquiera de nosotros, e incluso sacerdotes vocacionales, se acaben transformando masivamente en pedófilos y violadores? Y hay otro tema muy importante que la película sugiere en un momento pero luego no llega a abordar: ¿cómo se enfrentan a su propia culpa los pedófilos envejecidos, cuando la ancianidad ha apagado en ellos la pulsión sexual mientras que la distancia temporal les hace cobrar una conciencia lúcida primero de sus crímenes y luego de su consentimiento a acogerse en una maquinaria de ocultamiento? Otro tema dramático que la película apenas sugiere en un momento: la relación entre los padres sabedores de que sus hijos han sido violados pero que se han dejado sugestionar y convencer, a cambio de amenazas, dinero u otros favores, para guardar silencio, con sus hijos cuando éstos se han hecho mayores y tienen conciencia clara de todo lo sucedido. ¿Pueden esos hijos perdonar a a esos padres? ¿Y pueden esos padres perdonarse a sí mismos? En lugar de eso la película muestra los problemas profesionales y familiares a los que se tienen que ir enfrentando los periodistas a lo largo de su investigación, pero lo que resulta de eso es más una película documental sobre el oficio de periodista que una película dramática sobre vidas destrozantes y destrozadas. En suma, a mí me pareció una película desaprovechada.

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    1. Muy buen comentario Quilombo, no había considerado la película desde ese punto de vista... tú cuál crees que es la respuesta a estas preguntas? Un saludo

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