Hay enfermedades que no tienen vacuna. Una es el disfrute del poder por el poder mismo.
Sentirse como un dios que decide sobre el destino de la gente.
Son personas que juegan a "lo sé todo", "aún no es el momento": siempre justifica su decisión sobre la misma frase, " desde arriba se tiene toda la visión, los datos y la información".
Los he conocido en muchos ámbitos. Cuando visitan sus centros la gente tiembla, se esconde, o les adulan de una manera ridícula, Su mirada es la del poder: "lo sé todo de ti".
Te llaman a capítulo y no sabes cómo saldrás de allí. He visto ir a algunos con el pecho hinchado pensando que les van a colgar una medalla, o darles un merecido ascenso...y salir llorando.
He oído decir a una política sobre Juan Vicente Villanueva, presidente de la comunidad de Castilla y León, "Juanvi es un hombre providencial para este país". "Juanvi" le había dicho ese día, "nos veremos pronto, Rosita". Ella estaba convencida de que al día siguiente le distinguiría con algo mollar.
Al día siguiente, mientras tomábamos unas copas para olvidar el desengaño de no haber sido elegida por el providente "Juanvi", entre otras cosas, supe que "el hijo de puta de Juanvi tenía la colita muy pequeña, y te lo digo porque se la he visto..."
Una noche inolvidable aquella.
El momento en el que más disfruta un presidente de lo que sea, un jefe, un director, de
su poder, de su poder despótico, absoluto, es cuando los demás
tienen que esperar su decisión para ser algo ( en la Iglesia, en la Política, en el Ejercito, en las Finanzas, en la Empresa) . Ese momento previo a la designación
es tan placentero para el déspota nato que hace que
se alargue infinitamente.
Juegan a eso. Aznar decía que sus ministros estaban el el cuaderno azul. Ahora sabemos que no existía tal cuaderno. Era sólo el disfrute del poder que demuestra eso.
Yo, cuando veo acercarse a un jefe, por si acaso, me escondo.
Juegan a eso. Aznar decía que sus ministros estaban el el cuaderno azul. Ahora sabemos que no existía tal cuaderno. Era sólo el disfrute del poder que demuestra eso.
Yo, cuando veo acercarse a un jefe, por si acaso, me escondo.
¡Que se joda y me busque!